NOTA

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martes, 5 de marzo de 2013

Carmen



De vez en cuando, nos juntamos para cenar varios compañeros de edificio donde estamos.
                Estas cenas, se organizan un par de veces al año como terapia para llevarnos bien, en ella nos juntamos gente de mantenimiento, seguridad, recepción, etc.
                En esta última, nos juntamos unas 20 personas, la cena estuvo bien. Luego unos cuantos, después de cenar, quedamos en un pub para tomar la última. Como es lógico, ya en el pub se formaron los grupos que normalmente solemos juntarnos en el trabajo. Esta vez éramos  7 persona.
                Jorge de 48 años, Manolo de 47 años, Antonio de 52, cristina de 40 años, Ana de 36 años, Carmen de 60 años y yo de 46 años
                En esta reunión, solemos hablar, riéndonos de los comentarios que hacemos, y como es normal, el tema del sexo salió.
                Con este tipo de comentarios, yo suelo salir muy caliente, ya que cuando las mujeres beben un poquito son casi peores que los hombres.
                Cuando era avanzada la noche, no pusimos a recoger los abrigos para poder irnos ya cada uno a casa. Como suelo traer el coche, pues me lleve a varios que vivían cerca de mí. Cuando llegamos al coche se montaron, Antonio, cristina, carme y yo
                El primero en dejar cerca de casa fue a cristina, después dejamos a  Antonio. Ya solo quedaba dejar a Carmen.
                Carmen, como dije tiene 60 años, es algo regordeta, con bastante pecho, piel blanca y fina, se nota que se cuida, pelo rubio corto y ondulado, y muy guapa no era.
              Continuando con el viaje para dejar a Carmen, ella me pregunto qué tal me lo había pasado, yo la conteste que bien, pero que siempre que hablamos de sexo salgo muy caliente.
                Y que vas a hacer? Me pregunto
                Pues cuando llegue me iré a darme una ducha fría, jajajaja. Me reí
                Ella empezó a reírse, seguro que te vas a duchar?, me dijo en plan burlón
                La mire,  y que voy a hacer?, la dije.
                Ella bajo su mirada hacia mi paquete, al sentir sus ojos clavados en mí, mi excitación aumentaba más.
                Quieres que te haga una paja? Me dijo.
                Yo la mire, no sabía que decir y ella volvió a insistir, quieres que te haga una paja?
                Mi polla parecía que iba a reventar dentro del pantalón, ahora? La pregunte.
                SI, me contesto, para donde puedas, te la sacas, te pajeo y ya está, no quiero follar.
                Por mi vale, pero me dejarías tocarte una teta mientras me pajeas?
                Ella afirmo con la cabeza.
                Donde pude aparque mi coche, en un lugar donde no pasaba nadie y menos a esas horas. Me baje la cremallera, desabroche los pantalones y saque mi polla que estaba dura.
                Ella me la miro,  me la agarro con la mano, empezando a pajearme, iba muy despacio, yo empecé a tocarles la tetas encima de la ropa.
                Sácatelas para que las pueda acariciar, Carmen, soltó mi polla, se subió el jersey, se desabrocho la blusa, se metió la mano dentro de su sujetador de color blanco y saco un pecho enorme, con un pezón grande y negro, se la agarre con la mano y empecé a acariciarlo.
                Ella volvió a cogerme la polla y empezó a pajearme, la mano la tenía caliente y suave, lo agarraba con fuerza y su mano bajaba y subía con rapidez, al cabo de unos minutos notaba como mi polla empezaba a temblar, yo agarraba sus tetas y ella continuaba pajeandome, hasta que empecé a soltar mi leche, ella seguía con su movimiento, cuando veía que ya no salía nada de leche, fue pajeandome muy despacio hasta que mi polla fue perdiendo su dureza, por su mano corría un chorro de mi semen, soltó mi polla y de su bolso saco unos pañuelos que se limpió la mano.
                Ella se guardó sus pechos, yo hice lo mismo con mi pene, arranque el coche, llevándola a su casa. Ella se bajó del coche dándome dos besos, antes de irse me pregunto si ya estaba a gusto, la dije que sí.
                Ya a la semana siguiente, nos vimos en el edificio, nos miramos, sonreímos, ella me guiño un ojo.
                Un día de estos, intentare quedar con Carmen para ver si podemos repetir y ver si puedo llegar a algo más, aunque tenga 60 años, me da mucho morbo

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